Un día que me esperaba a mí mismo - Miguel Ángel Ortiz Albero
Un día, allá por enero de 1915 un sargento de artillería conoció en un vagón de tren, en un viaje de Niza a Nîmes, a una hermosa mujer: Un flechazo, que no sería más que una anécdota cualquiera si ese soldado no fuera Guillaume Apollinaire, y ella Madeleine Pagès, su musa durante los duros años de una guerra que acabo por matarlo. Miguel Ángel ha construido la historia de ese amor en una suerte collage melancólico y evocador. Con la voz del narrador va pintando con palabras esos días oscuros, de belleza tétrica y olor a muerte, con la mirada siempre vuelta a la mujer amada, al cuerpo deseado, al alma compartida. "Grito Guillaume el nombre de ella, a primera hora de la mañana, y el eco de las trincheras le contestó que ella lo amaba a él" Guillaume Apollinaire era ya una figura reconocida y popular. Desfilan en la narración muchos de intelectuales de primera fila citados com...